miércoles, 23 de mayo de 2012

FELIZ, FELIZ EN TU DÍA (Microrrelatos)

I

     Con inesperado desconcierto, la madre de Ainara era incapaz de retirar la vista de aquel crío que, indiferente al vaivén de los demás, había adoptado una correcta postura ante la improvisada mesa de celebración del cumpleaños de su hija en el merendero del parque. El reguero de platos y vasos de plástico volteados, los globos fugitivos, las manchas de refresco y, sobre todo, el caótico deambular del tropel infantil preso del juego del pilla-pilla hacían incomprensible, sin alterarla un ápice, la actitud del niño que, picando calmosamente  de lo que aún no había sido desparramado, mantenía su lugar junto a la conversación de adultos.
     Cuando una hora después. acabada la fiesta, madre e hija volvían a casa, la primera intentaba matar el gusanillo de la curiosidad y preguntaba:
     - Oye, Ainara, ese amiguito tuyo que no jugaba con vosotros, ¿es muy tímido o muy educado?
     Ainara, como quién no quiere la cosa, respondía:
     - No sé, mamá. Ninguno le conocíamos de nada.

II

     Durante los diez años de su regreso a Ítaca, el viajero y navegante Ulises aprendió a explicar los días brumosos en que Eolo, señor de los vientos, se enojaba con los hombres y desataba su furia sobre los barcos en forma de tempestad, desbaratando mástiles y vidas.
     Lo que Ulises nunca comprendió, en ese momento único del año en que el aire fluía suave y reconfortante para hombres y naves, es que ese día Eolo, además de dios, era padre complaciente acompañando con regocijo a su hijo Sísifo, que celebraba el cumpleaños soplando las velas.

III

     - !!Quiero que mi cole desaparezca para no tener que volver nunca más a él!!- deseó José Carlos con tanta vehemencia, mientras apagaba las velas de su tarta de cumpleaños, que pareció que todo el allí presente había escuchado su pensamiento.
     La noche de insomnio expectante , el atropellado desayuno y la posterior carrera hasta el colegio hicieron, si cabe, aún más grande la decepción del niño, (!!vayamierdadedeseoyvayamierdadementirademispadresquedecíanquesiapagabatodasecumpliríaseguro!!), al contemplar que, como ayer, jueves de cumpleaños, el edificio del colegio permanecía inalterable esperándolo un día más.
     Lo que a su mente inocente de niño le faltaba por saber era que pocas veces los anhelos se cumplen inmediatamente pero que, con paciencia y perseverancia, los deseos más imposibles acaban alcanzándose a lo largo del tiempo: esa misma mañana, por obra de José Carlos o de la crisis, en el acostumbrado Consejo de Ministros de cada viernes, el gobierno aprobaba importantes recortes en los presupuestos para la enseñanza pública.

Estamos preparando el cumpleaños de Ainara y... Esta es
su invitación personalizada con poema incluido.

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